Señor Don Aire que vas
Señor Don Aire que vienes
que caminas por la calle
y un paraguas te sostiene.
Tu cuerpo de junio claro
se dobla al compás del viento
y el bolsillo de tu scao
deja espaci a tu salero.
Las olas del mar te dicen:
¿qué hay bueno, Señor Don Aire?
Y tú, con tu mano llana,
le entregas tus alamares.